Todos los hombres sueñan
con ser presidentes, árbitros, mendigos,
criaturas solaces y fieras irredentas,
salvadores del mundo
y cada una una de sus criaturas.
Imaginan que conocen a sus hijos
y que escriben poemas que leen las princesas.
Pero no existe Dios sino su imagen
en estos pobres
hombres
tristes,
y un universo desolado de plásticos y tinta.
un error de presupòsit: jo he presuposat que entenia el teu bloc i, en conseqüència he presuposat que entendries el meu comentari. I continuaré presuposant que entenc el teu comentari ... En fi ...