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"Una pena en observación" C.S. Lewis
divendres 26/agost/2011 - 12:53 1271 0
En el entretanto, ¿Dios dónde se ha metido? Éste es uno de los síntomas más inquietantes. Cuando eres feliz, tan feliz que no tienes la sensación de necesitar a Dios para nada, tan feliz que te ves tentando a recibir sus llamadas sobre ti como una interrupción, si acaso recapacitas y te vuelves a él con gratitud y reconocimiento, entonces te recibirá con los brazos abiertos. Pero vete hacia él cuando tu necesidad es desesperada, cuando cualquier otra ayuda te ha resultado vana, ¿y con qué te encuentras? Con una puerta que te cierran en las narices, con un ruido de cerrojos, un cerrojazo de doble vuelta en el interior. Y después de esto, silencio.
Más vale no insistir, dejarlo. Debe tratarse de una casa vacía…
¿Por qué es Dios un jefe tan omnipresente en nuestras etapas de prosperidad, y tan ausente como apoyo en las rachas de catástrofe?
No es que yo corra demasiado peligro de dejar de creer en Dios, o por lo menos no me lo parece. El verdadero peligro está en empezar a pensar tan horriblemente mal de él.
La conclusión a que temo llegar no es la de: «Así que no hay Dios, a fin de cuentas», sino a la de: «De manera que así es como era Dios en realidad. No te sigas engañando».
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