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HOY OS REGALO FELICIDAD.
dissabte 17/juliol/2010 - 01:17 744 1
El HOMBRE MÁS FELIZ DEL MUNDO.
¡De plano nos rompieron los paradigmas! Acostumbrados a creer que la “felicidad” es una competencia olímpica para tener más, ser más exitoso y sentir más placer y hacer más cosas, ahora los científicos del laboratorio de Neurociencia afectiva de una de las Universidades más prestigiosas de EEUU en Wisconsin, nos sale con que, el hombre más feliz del planeta, es un tipo, que vive en una celda de 2 por 2, no es dueño ni ejecutivo de ninguna de las compañías del Fortune 500, no tiene relaciones sexuales desde hace más 30 años, no vive pendiente del móvil ni tiene Blackberry, no va al gym ni maneja un BMW, no viste Armani ni Boss, desconoce tanto el Prozac como el Viagra, ó el Éxtasis, ni si quiera toma Coca-Cola.
El tipo más feliz del planeta, es un pobre diablo sin dinero, ni éxito profesional, ni vida sexual, ni popularidad.
Su nombre es Matthieu Ricard, occidental por nacimiento, budista por convicción y el único de cientos de voluntarios cuyo cerebro, no sólo alcanzo la máxima calificación de felicidad prevista por los científicos(-0.3), sino que además salió del felizómetro por completo(-0.45). Los 256 sensores y decenas de resonancias magnéticas, a las que Ricard se sometió a lo lardo de varios años, para validar el experimento, no mienten; ahí donde los niveles de estrés, coraje y frustración, en los meros mortales es muy alto, en la mente de Ricard estas sensaciones negativas no existen. Por el contrario, ahí donde la mayoría de los voluntarios mostró bajísimos niveles de satisfacción y plenitud existencial, Ricard se corto las barbas en todas y cada una de las situaciones positivas, dando origen al titulo del hombre más feliz del planeta(http//www.elmundo.es 22 de abril)
Lo más paradójico del caso, no es que haya un hombre tan feliz, sino que llegó a serlo, desprendiéndose de todo aquello en lo que los occidentales suponemos que radica la felicidad; éxito profesional, pericia científica, fama, placeres, dinero, posesiones, consumo, consumo y consumo. Y es que Matthieu Ricard no es ajeno a nada de esto: hijo del miembro emérito de la Academia Francesa, Jean François Revel(filósofo), Ricard no se dejó deslumbrar por el ateísmo ilustrado de su padre, ni por su fé de nacimiento; tampoco sus estudios de genética en el Instituto Pasteaur le trajeron la satisfacción deseada. Con el mundo a sus pies y a punto de convertirse en una eminencia científica, decidió que por ahí, no iba la cosa. Se fue al Himalaya, adoptó el celibato y la pobreza de los monjes, aprendió a leer el tibetano clásico e inicio una nueva vida desde cero.
Hoy es la mano derecha del Dalái Lama, como intérprete, cuando se desplaza a Europa y ha donado millones de euros, producto de las ventas de sus libros a Monasterios y obras de caridad.
Pero esa no es “la causa” de su felicidad, sino la consecuencia. La causa hay que buscarla en otro lado, dice el jefe de la investigación Richard J. Davinson y no es ningún misterio, ni gracia divina, es la capacidad humana de entretejer los pensamientos que elegimos(….). La felicidad es un asunto de espíritu, que no depende de nada, ni de nadie externo a la persona. Que la clave para ser feliz radica en el interior de cada quien y que la felicidad o es un hábito ó el resultado de varios de ellos. Y si bien Ricard, admite que su camino, no es más que uno de muchos, advierte que ser feliz necesariamente pasa por dejar de culpar al otro de nuestra infelicidad y buscar la causa en nuestra propia mente. Adagio; Envejecer es obligatorio, madurar es opcional.
Atentamente,
BELI.
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